Hay quien dice que el
dinero mueve el mundo. Otros en cambio, lo consideran como el causante de
todos los males de la humanidad. Pero la mayoría de las personas reconocen
que el dinero es necesario, y que a todos nos conviene aprender la forma de
manejarlo adecuadamente.
Es difícil pensar que
hubo una época en que no existía el dinero. Lo cierto es que hace miles de
años nadie lo usaba. Para obtener los bienes que necesitaban, la gente de la
antigüedad empleaba el trueque, es decir, cambiaban una cosa por otra. Esta
forma de intercambio no siempre funcionaba bien, pues era necesario que cada
persona poseyera algo que le interesara al otro. Lo cual era muy difícil de
encontrar, aunque no sobra decir que, aun cuando el funcionamiento del
trueque fuese muy complicado, éste ya significaba un avance de las
sociedades autosuficientes.
Existieron muchos tipos de
mercancías que buscaban cumplir con el propósito de algo que sirviera
siempre para el intercambio, sin embargo, siempre se encontraban
inconvenientes al usarlas: se intentó utilizar ganado, pero no se podía
dividir en pequeñas partes, aceite de oliva (muy divisible, pero difícil de
utilizar). Otras mercancías utilizadas fueron: cerveza, vino, cigarrillos,
algunos metales, etc. Estos últimos, los metales, fueron los que más se
acomodaron a las necesidades, pues se podían dividir en pedazos reducidos,
eran fáciles de distinguir, tenían belleza propia, eran resistentes y
poseían un valor propio por ser escasos. La plata y el oro fueron los
metales más utilizados, inicialmente en forma rústica y, luego, de forma más
elaborada, en monedas. Sin embargo, la plata se empaña, mientras que, por el
contrario, el oro no, lo cual le daba más ventajas y hacía más fácil
detectar falsificaciones. El único problema del oro es que era muy escaso y
las monedas debían ser muy pequeñas.
La dificultad y el peligro que
conllevaba llevar monedas de oro era evidente: además de ser pesadas, eran
un botín fácil para los ladrones, razón por la cual se buscó reemplazar las
monedas por algo más fácil de cargar que no implicara tanto peso y peligro,
siendo así como se llegó al papel moneda, llamado comúnmente “billetes”, los
cuales, en un principio, podían ser cambiados por oro.
El historiador griego
Herodoto le atribuye la invención del dinero a los lidios, un pueblo del
Asia Menor, que para el año 670 antes de Cristo circuló monedas hechas
de una aleación de oro y plata. Mucho antes que ellos, en las distintas
culturas del mundo ya se usaba una gran variedad de objetos como dinero:
conchas de cauri en la India, arroz en China, discos de piedra caliza en la
isla de Yap en el Pacífico, además de semillas, caracoles y herramientas en
miniatura, entre muchas otras.
Con el fin de
facilitar el comercio, la gente comenzó a usar monedas hechas de metales
valiosos para pagar por los bienes y servicios que necesitaban. Y fueron los
chinos, que inventaron el papel y la tipografía, los primeros en usar el
papel moneda, en el siglo 9. El valor de éste era garantizado por el oro y
la plata del gobierno chino, con la gran ventaja de no ser tan pesado como
las monedas.
El papel moneda
apareció en Europa durante el siglo 16 y su valor dependía de los depósitos
en oro que poseía cada país. En el presente, la mayoría de los países tienen
su propio sistema monetario e imprimen su propio dinero, que por estar hecho
de papel tiene muy poco valor por si mismo. Los billetes de papel
representan un valor monetario decretado por el gobierno de cada país.
Existe una gran
variedad de monedas en el mundo. Algunas de las más conocidas son: la libra
esterlina de Inglaterra, el marco de Alemania, el yen japonés, el rublo de
Rusia, el euro en Eeuropa y el dólar estadounidense.
Entre las formas para
pagar con que contamos ahora están el dinero en efectivo, los cheques y las
tarjetas de crédito. Las tarjetas de los cajeros automáticos, (que en Puerto
Rico se conocen más como ATH), permiten obtener efectivo rápidamente y
también se usan en algunos comercios como forma de pago.
Las monedas continúan
cambiando y evolucionando, algunas de ellas desaparecen y otras nuevas las
sustituyen. Y ¿qué nos espera en el futuro? El dinero digital, en forma de
bits y bytes podría ser la moneda del nuevo milenio. Este funciona como el
dinero normal, solo que no está hecho de papel. El dinero de la cuenta de
banco se convierte a un código digital y se almacena en un microchip, en una
tarjeta o en el disco duro de una computadora. Este dinero electrónico
podría ser usado anónimamente para comprar a cualquier comercio o vendedor
que acepte la transacción, ya sea en Internet o en un centro
comercial.
Chicos estamos ya en
el futuro y hay que ir acostumbrándose a manejar sistemas de pago por
internet , efectuar transacciones con e-gold y sistemas muy superiores
que apareceran en el futuro.
Nuestro dinero en el
futuro esta supeditado a unas bases de datos, pero la pregunta siempre es la
misma.
Podremos
conseguir en el futuro un sistema tan seguro que sea imposible que nadie mas
que nosotros pueda acceder a nuestras pertenencias?